Hoy toca
He querido dejar un tiempo prudencial para tratar este tema; La violencia sectaria.
Hace unos meses leí que unas personas habían intentado sabotear un acto en el que Pío Moa presentaba uno de sus
libros en la Universidad Carlos III.
Muchos se echaron las manos a la cabeza. La expresión más usada esos días era "Ya vuelve la izquierda agresiva".
Muchos afirmaban que una horda de estudiantes había querido agredir a Pío Moa pero fue el propio
historiador el que dijo que tan solo habían sido veinte alborotadores.
Todas esas voces que se alzaron en esos momentos no se han escuchado antes las agresiones fascistoides que han protagonizado miembros de la extremaderecha española.
En la presentación del libro, "Historia de las dos Españas" de Santos Julià, en la librería Crisol, unos cuarenta ultraderechistas agredieron al escritor, y a Claudio Arazandi (ex-ministro). A Santiago Carrillo también le intentarón agredir aunque no corrió la misma suerte y pudo salir ileso.
Santos Julià después de la agresión.
Los manifestaciones ludico-festivas de estos sujetos no han quedado en esa anécdota. De muchas otras agresiones han sido protagonistas. En la investidura como doctor Honoris Causa de Santiago Carrillo en la Universidad Autónoma de Madrid también la volvieron a montar.
Se supone que asociando la gripe aviar, estos energúmenos ondearon la bandera del pollo por toda la Universidad.
Agresiones ha habido en Las Rozas, Berga, Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, Oviedo, León, Reus, Barcelona, Valencia, etc, etc.
¿Dónde están esas voces ahora?¿Dónde está ahora la COPE o Libertaddigital para denunciar esos actos?.
Si están, pero callan.
Nadie se rasgó la vestiduras cuando miembros de Nuevas Generaciones le dijeron a Pilar Manjón, cuando entraba a dar su testimonio en la comisión del 11 M, que se metiera a los muertos por el culo.
Pocos de esa derecha reaccionaria denunciaron las agresiones al Ministro Bono y a Rosa Diaz. Es más, incluso daba la impresión que se alegraban. Parece que olvidan que para agredir solo basta la intención.
Podría poner un sinfín más de agresiones fascistas que venimos padeciendo hace tiempo, esto no ha hecho nada más que empezar.
Gracias a algunos pseudo-periodistas matutinos que alimentan ese odio visceral estamos en esta situación. Algún día tendremos que lamentar desgracias mayores. ¿Qué dirán entonces esos que ahora echan leña al incendio?
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